El Camino Portugués en Galicia, en su suave discurrir hacia el norte, hace uso de caminos antiguos que cruzan bosques, tierras de labor, aldeas, villas y ciudades históricas. Senderos que salvan canales de agua a través de puentes de traza medieval. Caminos enriquecidos por la presencia de capillas, iglesias, conventos, petos de ánimas y cruceros, en los que no falta la confortadora imagen de Santiago Peregrino
Santa Isabel de Portugal, la esposa del rey Don Dinís, tras haber cubierto en el año 1325 una primera peregrinación a Santiago, repitió experiencia una década después y se alojó en un humilde hospedaje para peregrinos del casco histórico compostelano en la rúa A Raíña. Tras su estancia, la calle acabó adoptando su nombre. Este testimonio da muestras del legendario compromiso de la corona lusa con el Camino de Santiago (Afonso Henríques llegó a Compostela en 1097 y Afonso II lo hizo en 1220), y sirve como prueba del largo recorrido histórico del trazado. El origen del Camino Portugués se remonta a los albores del fervor jubileo, cuando fueron descubiertos en el año 813 los supuestos restos del Apóstol.